Luego de 11 meses consecutivos de superávit, para el próximo año se proyecta que el saldo positivo en la balanza comercial se reduzca debido a un aumento de importaciones, que se amesetaron en 2024 por la caída de la actividad económica.
El contexto geopolítico, signado por la inestabilidad, será un factor determinante en lo que respecta a las exportaciones. También, influirán las decisiones que tome el Gobierno en relación al cepo y las retenciones.
Según el último dato del Indec, en octubre se registró un superávit comercial de USD 888 millones, y en el acumulado del año sumó USD 15.955 millones. Esto contrasta con el rojo de -USD 6.926 millones observado en 2023, como resultado fundamentalmente de la sequía que afectó al agro y la caída de los precios internacionales.
En lo que refiere a las exportaciones, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) considera que los principales generadores de divisas mostrarán mejoras el próximo año: se espera que el agro aporte dólares por un monto levemente superior al de 2024, rondando USD 31.500 millones; mientras que las ventas del sector energético podrían alcanzar los USD 8.000 millones, como resultado de una mayor producción de crudo.
De este modo, si bien habrá que ver la evolución de factores tales como el fortalecimiento del dólar a nivel global, la depreciación del Real, siendo Brasil uno de los principales socios comerciales; y qué tan rápido se dará la apertura de importaciones, “creemos que en 2025 habrá un incremento en la demanda de bienes del exterior que podría ser compensada, al menos en parte, con mayores exportaciones”, señaló la entidad.
Jerónimo Montalvo, economista de Abeceb, proyectó que el saldo comercial disminuirá porque la economía se va a expandir y el tipo de cambio continúa apreciándose. “Las importaciones van a crecer alrededor de 13%, pasando de USD 61.000 millones este año a poco más de USD 69.000 millones en 2025”, precisó.
El saldo comercial disminuirá porque la economía se va a expandir y el tipo de cambio continúa apreciándose
Al respecto, desde la BCR explicaron que las compras externas aumentan proporcionalmente a la variación del PBI: “Debido a que la elasticidad de las importaciones al Producto en Argentina está en el orden del 3%, por cada punto porcentual que crezca la economía la compra de bienes al exterior se incrementará alrededor de 3 puntos porcentuales”. Esto adquiere relevancia, ya que, según el FMI, Argentina crecerá 5% el año que viene.
En el caso de las exportaciones, “luego de cerrar cerca de USD 79.000 millones en 2024, vemos un crecimiento de 7% el próximo año. Se ubicarán más cerca de USD 84.000 millones, principalmente debido al sector energético, pero también por el impulso del agro, que va a continuar mejorando. Así, el saldo comercial seguirá siendo positivo, pero se reduce de USD 18.000 millones a USD 15.000 millones”, estimó Montalvo.
Por su parte, Marcelo Elizondo, presidente del comité argentino de la International Chamber of Commerce (ICC), sostuvo: “Creo que el comercio exterior va a crecer en 2025, aun con un tipo de cambio que no es el más competitivo. Las exportaciones deberían aumentar entre 7% y 8%. Los precios no van a ser muy buenos, pero habrá una mejor cosecha y un incremento en las ventas energéticas”.
“Las importaciones deberían subir sustancialmente, entre 10% y 15%, porque la economía se va a recuperar y se eliminará el Impuesto PAIS. Este año cayeron 20% y rondarán los USD 64.000 millones, son niveles bajísimos”, afirmó el especialista.
“Vamos a seguir teniendo superávit comercial pero más chico que este año. El 2024 cerrará con un saldo positivo de USD 18.000 millones, mientras que en 2025 podría ser de unos USD 14.000 millones. Son estimaciones muy preliminares porque no sabemos qué va a pasar en el plano internacional, cómo se comportará la demanda y si pueden incidir los hechos geopolíticos que están ocurriendo”, agregó.
Sobre esto último, Matías Bolis Wilson, economista en jefe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), resaltó que el mundo atraviesa una etapa de cambios: nuevo presidente en Estados Unidos, baja de la tasa de interés de referencia por parte de la Reserva Federal (con el dólar debilitándose a nivel internacional), China que amenaza acciones si Trump sube las tarifas de su comercio exterior, el conflicto Rusia-Ucrania, y la inestabilidad de Medio Oriente que puede darle volatilidad a los precios de los commodities, en especial del petróleo.
“Ante esto, el gobierno enfrenta un nuevo desafío y una enorme oportunidad: convertirse en un líder regional que ayude en la ratificación y puesta en marcha del acuerdo Mercosur-UE”, dijo.
Cabe recordar que el presidente Javier Milei anunció que buscará eliminar “trabas arancelarias” dentro del Mercosur, reducir el arancel externo común e impulsar un tratado de libre comercio con Estados Unidos.
Acuerdos comerciales
En cuanto al acuerdo con la Unión Europea (UE), si bien para entrar en vigencia debe ser aprobado por las autoridades parlamentarias de ambos bloques y es difícil predecir cuándo sucederá, el hecho de haber culminado las negociaciones luego de 25 años de idas y vueltas es un paso importante.
Lo esencial del acuerdo es que Europa eliminará los aranceles a todos los bienes industriales del Mercosur en un plazo de hasta 10 años, a la vez que el bloque sudamericano suprimirá las tarifas para el 91% de las importaciones de la UE. De ratificarse, se conformaría un mercado de bienes y servicios de más de 700 millones de consumidores, constituyendo la mayor zona de libre comercio del mundo.
Sin embargo, países como Francia y Polonia se oponen firmemente al acuerdo y ejercen presiones para bloquearlo. Italia mostró sus reservas y su postura podría ser decisiva.
“El proyecto de acuerdo entre la UE y Mercosur es inaceptable en el estado actual. El Presidente se lo reiteró a la presidenta de la Comisión Europea”, aseguró el Palacio del Elíseo en un comunicado. “Seguiremos defendiendo sin descanso nuestra soberanía agrícola”, añadió la presidencia de Francia.
Sucede que París sostiene que algunos de sus sectores, especialmente la agricultura y la ganadería, podrían verse perjudicados por una competencia desleal debido a que los países del Mercosur no estarían sujetos a las mismas exigencias sanitarias y medioambientales.
Competitividad e inserción internacional
Por otro lado, a nivel interno, Bolis Wilson señaló que hay varias cuestiones estructurales a revisar para mejorar la competitividad comercial de Argentina más allá del esquema cambiario. En este sentido, mencionó la enorme carga impositiva y las dificultades burocráticas asociadas a la existencia de tantos impuestos y tasas, problemas en la infraestructura productiva nacional y regional, los costos laborales no-salariales y la productividad y la escala, la cual podría aumentarse abriendo mercados.
En tanto, Fundar analizó las reconfiguraciones geopolíticas durante los últimos años en materia de comercio, inversión e integración económica. Determinadas transformaciones dejaron a los países del Sur Global en un escenario complejo y generan la necesidad de adoptar nuevas estrategias de inserción.
“La intervención estatal ganó protagonismo en la regulación del comercio y en la inversión extranjera directa, adoptando un enfoque más politizado. Las políticas comerciales ahora persiguen metas no exclusivamente económicas, como la competitividad en sectores estratégicos, la mitigación del cambio climático, y la resiliencia de las cadenas de valor para prevenir o recuperarse de crisis. Los flujos económicos quedaron subordinados a una lógica de seguridad y competencia”, apunta el think thank.
En este marco, el trabajo destaca que hay tres conjuntos de acciones que se presentan como posibles respuestas al cambio por parte de las potencias emergentes:
Fortalecer las capacidades nacionales (self-reliance), por ejemplo, implementando instrumentos de apoyo en sectores estratégicos como el tecnológico y energético
Desarrollar estrategias de cobertura (hedging), combinando acciones hacia Estados Unidos y China, con la incorporación de mecanismos de diversificación de riesgos comerciales y de inversión
Aprovechar los marcos institucionales, con la construcción de regímenes y mecanismos de cooperación internacional, junto con la integración económica y la coordinación de políticas en el marco del reequilibrio global.
Fuente: Infobae
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