El Parlamento Europeo define el European AI Act (AIA) como “the world’s first comprehensive AI law”. Pero, ¿es, además, esta primera regulación de inteligencia artificial, efectiva en sus propósitos? Este trabajo analiza posibles defectos del AIA en lo que se refiere a su correspondencia con el estado del arte (viabilidad técnica) y su implementación en el entorno empresarial. El análisis, que nos permite apuntar a serias desconexiones, nos conduce a plantear preguntas sobre la información que recibe el regulador y la posible influencia política (frente a la técnica) en la versión final de la normativa. A lo largo del trabajo, se argumenta por qué la clasificación basada en riesgos de los sistemas de inteligencia artificial es altamente falible; por qué la evaluación de sistemas de inteligencia artificial no es concluyente en los términos del reglamento; por qué es importante especificar las técnicas y los procedimientos para solucionar cada uno de los problemas (y qué potenciales consecuencias puede tener su falta de especificación actual); y qué grandes retos no se están abordando. Asimismo, se discute cómo esto puede afectar a las empresas: casos en los que la desconexión del reglamento con el estado del arte se manifiesta como riesgo en su implementación en el mundo empresarial, bien por la ausencia de garantías para las empresas de que el reglamento no se volverá en su contra, por la imposibilidad de implementarlo, o incluso por margen para el fraude empresarial sin consecuencias para quien lo comete. Por último, se realiza una fotografía del mapa de actores con influencia en el contexto de elaboración del reglamento. Se expone el problema como una “guerra de posiciones” en el sentido gramsciano, donde la lucha de distintas facciones (en casi todos los casos, militadas por investigadores) por la hegemonía lleva a un conocimiento imperfecto del problema técnico, que se traduce en defectos de la regulación. El trabajo ofrece una conclusión optimista, bajo la perspectiva de que es posible mejorar la comunicación entre los actores y alcanzar mejores consensos para evitar problemas similares en regulaciones futuras, por el bien de las empresas y del tejido social.
ABSTRACT
The European Parliament defines the European AI Act (AIA) as “the world’s first comprehensive AI law.” However, is it also effective in its purposes? This thesis outlines the shortcomings of the AIA concerning its alignment with the state of the art (technical feasibility) and its implementation in the business environment. The analysis, revealing profound disconnections, leads us to question the information received by the regulator and the possible influence of political motives (as opposed to technical ones) in the final version of the regulations. Throughout this work, arguments are presented as to why the risk-based classification of artificial intelligence systems is highly fallible, why the assessment of artificial intelligence systems is inconclusive in the terms of the regulation, why it is essential to specify the techniques and procedures to address each of the issues (and what potential consequences its current lack of specification might have); and what significant challenges are not being addressed. Furthermore, the thesis highlights how this affects companies: cases in which the disconnection of the regulation from the state of the art poses a risk in its business implementation, either due to the lack of guarantees for companies that the regulation will not backfire, the impossibility of implementing it, or even allowing for corporate fraud without consequences for those who commit it. Lastly, a snapshot of the map of actors with influence in the context of the regulation’s development concept is presented. The problem is depicted as a “position war” in the Gramscian sense, where the struggle of different factions (in nearly all cases, championed by researchers) for hegemony leads to an imperfect understanding of the technical problem, translating into regulatory defects. The work offers an optimistic conclusion from the perspective that it is possible to improve communication among stakeholders and reach a better consensus to avoid similar problems in future regulations, for the benefit of businesses and the social fabric. “‘latex
El Parlamento Europeo define el European AI Act (AIA) como “the world’s first comprehensive AI law”. Pero, ¿es, además, esta primera regulación de inteligencia artificial, efectiva en sus propósitos? Este trabajo analiza posibles defectos del AIA en lo que se refiere a su correspondencia con el estado del arte (viabilidad técnica) y su implementación en el entorno empresarial. El análisis, que nos permite apuntar a serias desconexiones, nos conduce a plantear preguntas sobre la información que recibe el regulador y la posible influencia política (frente a la técnica) en la versión final de la normativa. A lo largo del trabajo, se argumenta por qué la clasificación basada en riesgos de los sistemas de inteligencia artificial es altamente falible; por qué la evaluación de sistemas de inteligencia artificial no es concluyente en los términos del reglamento; por qué es importante especificar las técnicas y los procedimientos para solucionar cada uno de los problemas (y qué potenciales consecuencias puede tener su falta de especificación actual); y qué grandes retos no se están abordando. Asimismo, se discute cómo esto puede afectar a las empresas: casos en los que la desconexión del reglamento con el estado del arte se manifiesta como riesgo en su implementación en el mundo empresarial, bien por la ausencia de garantías para las empresas de que el reglamento no se volverá en su contra, por la imposibilidad de implementarlo, o incluso por margen para el fraude empresarial sin consecuencias para quien lo comete. Por último, se realiza una fotografía del mapa de actores con influencia en el contexto de elaboración del reglamento. Se expone el problema como una “guerra de posiciones” en el sentido gramsciano, donde la lucha de distintas facciones (en casi todos los casos, militadas por investigadores) por la hegemonía lleva a un conocimiento imperfecto del problema técnico, que se traduce en defectos de la regulación. El trabajo ofrece una conclusión optimista, bajo la perspectiva de que es posible mejorar la comunicación entre los actores y alcanzar mejores consensos para evitar problemas similares en regulaciones futuras, por el bien de las empresas y del tejido social.
ABSTRACT
The European Parliament defines the European AI Act (AIA) as “the world’s first comprehensive AI law.” However, is it also effective in its purposes? This thesis outlines the shortcomings of the AIA concerning its alignment with the state of the art (technical feasibility) and its implementation in the business environment. The analysis, revealing profound disconnections, leads us to question the information received by the regulator and the possible influence of political motives (as opposed to technical ones) in the final version of the regulations. Throughout this work, arguments are presented as to why the risk-based classification of artificial intelligence systems is highly fallible, why the assessment of artificial intelligence systems is inconclusive in the terms of the regulation, why it is essential to specify the techniques and procedures to address each of the issues (and what potential consequences its current lack of specification might have); and what significant challenges are not being addressed. Furthermore, the thesis highlights how this affects companies: cases in which the disconnection of the regulation from the state of the art poses a risk in its business implementation, either due to the lack of guarantees for companies that the regulation will not backfire, the impossibility of implementing it, or even allowing for corporate fraud without consequences for those who commit it. Lastly, a snapshot of the map of actors with influence in the context of the regulation’s development concept is presented. The problem is depicted as a “position war” in the Gramscian sense, where the struggle of different factions (in nearly all cases, championed by researchers) for hegemony leads to an imperfect understanding of the technical problem, translating into regulatory defects. The work offers an optimistic conclusion from the perspective that it is possible to improve communication among stakeholders and reach a better consensus to avoid similar problems in future regulations, for the benefit of businesses and the social fabric. “‘latex Read More